Todavía tengo fresca en la memoria la avalancha de preguntas con las que los chicos de Alcoy me avasallaron (amablemente, no se crean) sobre el uso de las Redes Sociales y los problemas que pueden derivar de ellas.

Adolescentes y pre-adolescentes querían conocer herramientas eficaces para salir de apuros, cuando uno se mete en problemas en Internet. He insistido mucho en no extender rumores ni falsas creencias; tampoco se trata de esconder los problemas porque algunos, y serios, los hay. Uno de ellos es el acoso sexual.

Con sólo oir la palabra «sexo«, hay un reguero de risitas que circulan por el auditorio, como si fuera necesario que viniera alguien de fuera para pronunciar esa palabra tabú.

Pues, sí, chicos, «sexo«: existe, lo vais a experimentar, la curiosidad que tenéis es natural y yo no soy nadie para decir si caer en la tentación o resistirse a ella. Eso es parte de las convicciones personales de cada cual y representa una (importante, pero una) de las facetas de la vida.

Yo sólo he intentado dar algunas indicaciones para evitar casos como el que nos trae «La Información«, en su edición de hoy de Alicante. ¿Qué ha pasado? Pues, que un acosador conseguía fotos de sus víctimas, en actitud claramente sexual, y después chantajeaba a sus víctimas.

Hay que sacar provecho hasta de estas noticias negativas. Y hay que aprender de los errores.

El acoso sexual existe y es muy posible que, a lo largo de nuestras vidas, seamos, en menor o mayor grado, víctimas de estas prácticas.

Las tácticas son las de siempre: el acosador se muestra simpático, atractivo, pícaro. Poco a poco, se va haciendo con la confianza de las víctimas y juega con la curiosidad sexual de los adolescentes. Pedirá una foto, después un vídeo y después más.

Cuando la víctima no quiere seguir más ese «juego» (en realidad, NO es un juego, todos lo sabemos), empieza el chantaje.

«Sé dónde estudias, el email de tus profesores está en Internet. Si no me das más, recibirán tus fotos«.

Después, vienen faroles tan estúpidos (pero efectivos) como:

«Si me denuncias, yo también te denuncio, porque las fotos que me has enviado son un delito«.

Chicos, NO, rotundamente, NO.

La ley está para proteger a las víctimas, no a los acosadores. NADIE os puede denunciar por haber caído en una trampa. Se os podrá «acusar» de ser estúpidos, inmaduros, PERO NO SOIS DELINCUENTES.

¿Qué hacer? Pues, lo mismo que han hecho las víctimas del acosador de la noticia: denunciar estos hechos a las Autoridades. Pero, en esto, no estáis solos.

Superad la vergüenza de hablar con vuestros padres. Habéis cometido un error, PERO SÓLO UNO. No sigáis cediendo al chantaje. Vuestros padres, los profesores, los Servicios Sociales de los Ayuntamientos y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado os ayudarán. Y será necesaria vuestra colaboración.

Por mi parte, aquí me tenéis, aunque siempre espero no recibir nunca emails de ayuda.

Links de interés:

Policía Nacional: http://www.policia.es/denunweb/denuncias.html

Guardia Civil: http://www.guardiacivil.es/es/servicios/violenciadegeneroyabusoamenores/abusosexualmenores/index.html