Gracias a la invitación del Ayuntamiento de Alcoy, he tenido la posibilidad de charlar con adolescentes de varios colegios e institutos de la ciudad alcoyana.

Hemos tratado temas de privacidad, uso de las redes sociales, consentimiento, cookies, fotos, derechos de autor… Vamos, que me lo he pasado en grande.

Siempre empiezo las charlas con un truquito que llevo tiempo utilizando y que sigue dándome la posibilidad de mostrar claramente los peligros de dar los datos personales a desconocidos. Es cierto que los chicos me miran mal, porque les engaño, pero rápidamente aprenden la lección: antes de proporcionar tus datos personales, pregunta siempre:

– quién es la empresa/entidad/persona que te los pide;

– para qué fin los va a utilizar;

– cómo ejercer los derechos de acceso, rectificación, oposición y cancelación.

Prefiero utilizar los trucos baratos a empezar la charla con un lenguaje técnico y describir las características del deber de informar, previsto en el art. 5 LOPD.

Después, hablamos de las fotos que se suben a las redes sociales y de los problemas derivados del consentimiento o, mejor dicho, de la falta del mismo. Una vez más, los adolescentes ven claramente cuáles pueden ser los problemas en este asunto.

Para aliviar la charla (momento: «The show must go on«), entra en escena la gráfica del «Collusion» y saber cómo funcionan las cookies. La cara de estupor que ponen no tiene precio. Pues, chicos, esto es lo que hay y os toca a vosotros cuidar de vuestra privacidad, por ejemplo, configurando oportunamente el navegador.

Nos metemos también en asuntos más desagradables, como son los casos de amenazas, sexting y acoso sexual. Con estos 57 segundos de vídeo, todo el mundo se hace cargo de la situación. En estos casos, sólo me atrevo a dar unos consejos muy básicos como la prudencia (que choca de lleno con la adolescencia), y la necesidad de hablar de estos problemas con los padres, los profesores y los profesionales de los Servicios Sociales del Ayuntamiento.

Después, abro el turno de preguntas y suele abrirse la veda. De si me han quitado la password del Tuenti, de si tengo 13 años, pero quiero estar en las redes sociales, que si he recibido fotos de «chicas en pelotas» (sic!).

Chicos, os ha tocado un tiempo difícil, en muchos sentidos, pero sois vosotros, con la ayuda de los adultos, lidiar con estos asuntos. Que Dios nos pille confesados…