A través de la newsletter del Privacy Research Group, me ha llegado una interesante reflexión. La regulación de la privacidad de la UE es más estricta que la prevista en USA, pero la pregunta es: ¿eso quiere decir que los consumidores europeos están más protegidos con respecto a sus homólogos yankees?

Mary Ellen Callahan, en un artículo en The Lawyer, no parece tenerlo tan claro y cree que nos tenemos que confrontar con los resultados, para ver cuál de los dos es el sistema más efectivo.

Desde luego, la opinión de M.E. Callahan puede ser claramente interesada por la posición que ocupa en la Administración (lo de las ascuas a sus sardinas y eso…). Sin embargo, la opinión de Sasha Romanosky parece tener un enfoque más académico (aquí el breve post). Todo nace del análisis de un Working Paper de 2003 (mucho ha llovido desde entonces), titulado «Information Sharing and Its Implications for Consumer Credit Markets: United States vs. Europe«. El texto completo, aquí.

Creo que, en realidad, el análisis académico está viciado desde la base. No creo se puedan equipar/medir dos conceptos tan distintos como la privacidad en USA y la privacidad en Europa. Ahí se establecen unas normas que regulan el mercado (el financiero, el de seguros, etc.) que, más o menos directamente afectan a los datos personales de los consumidores. Ya hemos analizado el papel del nuevo (y futuro) Consumer Privacy Bill of rights, así que aquí mantenemos el mismo escepticismo manifestado en esos 3 posts.

En Europa, se pretende (con más o menos aciertos) defender un derecho fundamental de los ciudadanos, el derecho a la privacidad. Francamente, las dos formas de ver las cosas no son»la misma liga, ni siquiera es el mismo deporte«, como decía Jules Winnfield de Pulp Fiction.