Gracias a unas noticias que me ha enviado un colega, me entero que el fabricante de coches Nissan lanza al mercado unos coches con un sistema novedoso denominado «CARWINGS» que, a primera vista, parece muy interesante.

¿Qué tiene que ver esto con la protección de datos? Pues, este sistema, según el vídeo del fabricante que se puede ver aquí, permite almacenar información del conductor (¿con su consentimiento?) para proporcionar determinados servicios como la áreas de recargas más cercana (se trata de un vehículo eléctrico) y hasta publicar (¿publicarán un nick o la matrícula del coche?) el ranking de los conductores que conducen de forma más eficiente.

Según se dice por parte de la casa japonesa, el sistema estará conectado a un centro global de datos (no aclara dónde estará el servidor, sólo espero que esté en territorio de la UE, donde se deberá respetar la Directiva 95/46), que será accesible desde el coche, el ordenador de casa o un smartphone. ¿Estará encriptada la transmisión desde el coche o cualquiera podrá interceptarla? Legalmente, esta transmisión de datos, no incluyendo datos personales de nivel alto, no deberá utilizar particulares medidas de seguridad, obviando la obligación prevista por el art. 104, R.D. 1720/2007, así que, en principios, digamos adios a la encriptación.

Ahora que también la publicidad de Blackberry también hace hincapié en que ellos son los paladines de nuestros datos personales, parece que las empresas se centrarán más en conocer todos nuestros hábitos: dónde vamos, a qué hora, a qué velocidad… No quiero ser paranóico, pero ¿no nos estaremos pasando con esta moda de publicar por todas partes nuestra vida? Ya me estoy imaginando a la DGT pidiendo el registro de velocidad de estos coches para poner multas por exceso de velocidad…

Sólo espero que el mencionado sistema no esté activado por defecto y que cada conductor lo habilite o deshabilite según sus necesidades. Si veo un coche con estas características circulando por Alicante, le preguntaré al dueño sobre la configuración.