No es un capricho, ni una moda ni tampoco pretendo que sea trending topic, ni mucho menos un cambio de «estilo de vida«: es todo mucho más sencillo.

 

No me gusta la elección de la actual (y anterior, pero espero que la próxima lo remedie) Administración EEUU de utilizar los datos de ciudadanos europeos (no sometidos a la legislación estadounidense) recogidos por una empresa privada, sin control alguno por parte de nuestras autoridades judiciarias.

 

Entiendo que Facebook tenga que someterse a las exigencias de las autoridades de su propio País; entiendo también que, con mucha probabilidad, el uso del PRISM y de Dios sabe qué más sistemas sea legal, pero es inmoral y que no me va a encontrar entre los que la apoyan o siquiera la toleran.

 

Qué hacer

 

Pues, lo primero es agradecer a Facebook. Es cierto que la empresa ha utilizado mi vida (foto, links, comentarios, “me gusta«, etc.) para hacer dinero; también es verdad que me ha hecho rencontrar con amigos y parientes muy queridos (también con algún que otro pesado, pero c’est la vie). No ha sido un intercambio en paridad de condiciones, pero se podía más o menos tolerar.

 

Única alternativa:

 

no utilizar Facebook (creo/parece/dicen que hay vida más allá de las redes sociales). Si la Administración EEUU no está muy preocupada por la privacidad, a lo mejor lo estará por el dinero de una de sus más poderosas empresas.

 

“¿Quieres decir que si tú no usas Facebook, ésta se irá al garete?»

Seguramente no. Pero permítanme por lo menos la satisfacción de no ser cómplice de este delito: la muerte de la privacidad (por envenenamiento), a cambio de algo que no existe: la seguridad.

So long and thanks for all the fish.

 

P.D. Contesto sólo a comentarios en este post.