Mi próximo post será sobre el SIGEM, tema que he dejado bastante marginado, no por falta de interés (de hecho, los que aterrizan en este blog, buscan sobretodo información sobre este software). Pero no me puedo resistir a aportar otra ideas sobre la utilidad de la vídeo vigilancia, los datos en manos de la Administración y la seguridad de los ciudadanos.

En este reportaje, se da noticia de unos investigadores de la Universidad de Ohio sobre la interpretación automática de las cámaras de seguridad, de determinados comportamientos humanos, para detectar a los que se consideran como «sospechosos».

Según se afirma en el reportaje, las cámaras analizan a lo largo de mucho tiempo (no dice cuánto es «mucho tiempo») un área determinada (una plaza, por ejemplo) y analizan los comportamientos «normales» de los transeúntes.

Cuando un ciudadano que pasa por ahí tiene un comportamiento que no encaja con los patrones de «normalidad», el individuo empieza a ser enfocado en un circulito rojo y seguido.

Así que, si esta investigación dará los frutos esperados, no sólo la Administración tendrá nuestros datos, sino que un software decidirá si somos sospechosos o no.

Menos mal que en España tenemos el artículo 13 LOPD (entre otras cosas) y estas cosas no podrían pasar… ¿O sí?