Hace ya un tiempo (aquí también hay algunas notas del 2010) que sigo las discusiones sobre las cookies como herramientas fundamentales de la publicidad on line y su conexión con el Santo Grial del sector, el behavioural advertising.

Un artículo de El País publicado hoy se hace eco de las inquietudes de la IAB (Interactive Advertising Bureau) sobre las futuras regulaciones de las actividades de publicidad on line y su posible afectación a la privacidad. Parece que ya se empiezan a ver movimientos de presión, en vista de la próxima revisión de la Directiva 95/46 sobre Protección de Datos de Carácter Personal.

La posición de la IAB es bastante clara: si aumentamos la regulación del sector en Europa, perderemos competitividad con respecto a otras áreas geográficas (léase Estados Unidos). Así que, lo mejor es la autorregulación del sector.

Todos ( Kamal M. Bherwani y Viviane Reding, cada uno en su bando) aspiran a buscar un punto de equilibrio entre, por un lado, los intereses legítimos de las empresas que quieren conocer los gustos de los consumidores on line y, por el otro, las necesidades de poner en marcha nuevos mecanismos para la defensa de la privacidad de los usuarios.

De momento, las iniciativas dirigidas a la autorregulación parecen bastante interesantes, ya que se ha propuesto hasta un decálogo. Aquí me atrevo a traducir libremente los puntos más importantes publicados por la IAB a este respecto:

  • El uso de este icono
    Icono para avisar del tratamiento de datos para proporcionar behavioural advertising

    Advertising-Option Icon

    como «aviso a navegantes», informando que en una determinada Web (o aplicación Web/navegador) se están tratando datos personales con la finalidad de proporcionar (al mismo usuario) publicidad basada en el comportamiento de la navegación (que es como se me ocurre traducir behavioural advertising). Por cierto, como tiene TradeMark, no sé si puedo utilizarlo, espero que sí.

  • Un link a www.AboutAds.info para que las empresas puedan adherir a los principios de autorregulación del sector.
  • La posibilidad para los consumidores de conocer los mecanismos de opt out y así no seguir participando en la recopilación de sus propios datos personales para fines publicitarios.
  • La existencia de un sistema para vigilar sobre el correcto cumplimiento de las normas auto impuestas a las empresas del sector y un mecanismo para la defensa de los intereses de los consumidores.
  • Un programa para dar mayor visibilidad a esta iniciativa de autorregulación e implantación del mencionado decálogo entre las empresas del sector.

En fin, lo que está claro es que una Directiva nacida en 1995 debe actualizarse conforme a los desafíos de las nuevas herramientas en el mundo de las TIC. Aunque lejos de los centros de decisión, desde la periferia europea que es Alicante, seguiremos informando sobre el behavioural advertising.