A través de Gizmodo, me entero de una curiosa iniciativa que se ha desarrollado en Londres, con nuevos sistemas invasivos de la privacidad. Bien es cierto que, según comenta el mismo artículista en un comentario a su propio post, parece que el Ayuntamiento del Big Ben ya ha dado marcha atrás.

 

¿De qué se trata?

Parece ser que se han instalado unas papeleras que registran datos de los móviles de los transeuntes, siendo éstos ignaros de la captación de datos personales. Bueno, en realidad, registra la dirección MAC de los móviles y el autor del post dice que este dato no entra dentro del concepto de dato personal.

Por mi parte, y siguiendo simplemente lo que se dice de la dirección MAC en la wikipedia, estoy convencido que sí se trata de un dato personal (se aceptan comentarios contrarios a esta opinión).

 

¿Qué consencuencias tiene el uso de esta papelera?

Siempre según el mencionado post, los datos recabados por la papelera «inteligente» se usarán (sin el consentimiento de los interesados), para fines publicitarios. Además, la publicidad, en este caso, podría ser muy invasiva, permitiendo el envío de publicidad relacionada con el trayecto que realiza el usuario. Es decir, el anunciante podría saber cuándo (y cuántas veces) un usuario determinado pasa por un determinado lugar. Vamos, una nueva forma de «Gran Hermano» (no, no ese de la tele-basura) que, a estas alturas, no debería escandalizarnos. ¿O sí?

 

Invasión de la privacidad: una aproximación defensiva

Analicemos desde una persepectiva pseudo-jurídica (la única de la que dispongo) el uso de estas papeleras londinenses.

  1. Existe un tratamiento de datos personales, por parte de empresas, que no atienden a los requerimientos básicos previstos en la legislación europea de protección de datos.
  2. La violación de la normativa en esta materia provoca un daño irremediable (la información no se borra ¡nunca!) para la privacidad del individuo. Dicho de otro modo, vemos afectados un derecho fundamental por el mero hecho de pasar al lado de una papelera.
  3. Es necesario buscar una alternativa imaginativa contra esta violación de un derecho fundamental, cuya respuesta sea apropiada al daño sufrido (que es permanente, recordémoslo).

 

Conclusión: destroza la papelera

Si se ha producido (como queda probado) un daño permanente a un derecho fundamental, inspirándonos en la Tercera Ley de Newton , proponemos, como reacción a este daño, provocar un daño igual y opuesto contra esta papelera.

1. Para ello, adquieran un bate de baseball como el que se muestra a continuación:

También existen otros bates de metal o meras barras de hierro, pero no se consideraría una acción con estilo hipster, así que usen uno tradicional (léase, vintage).

2. Aprendan a manejar el mencionado bate, hasta adquirir habilidades, maneras y estilos propios de un profesional. Se pueden inspirar en la plástica figura que se sugiera a continuación:

3. Localicen la papelera en cuestión y aproxímense con cautela, pero decisión.

4. Golpeen repetidamente la papelera, hasta que ésta pierda sus funcionalidades de recopilación de datos personales.

De esta forma, habrán, de alguna forma sin duda novedosa e imaginativa, re-equilibrado el daño recibido en su propio derecho fundamental (la privacidad), arrecando un daño (éste, no irreversible) a otro derecho, como es el de la propiedad privada.

 

ADVERTENCIAS

1. Cuando el defensor de la privacidad golpee la papelera, tenga en cuenta que ésta suele oponer resistencia. El contragolpe puede provocar daños a las muñecas y articulaciones de los miembros superiores (los brazos, vamos).

2. Las autoridades no suelen ver estas reacciones a las violaciones de derechos fundamentales con buenos ojos; así que es posible que estas autoridades tomen, a su vez, y siempre de acuerdo con la Tercera Ley de Newton, acciones iguales y contrarias contra usted.

3. Si usted, después de haber leído este post, decide destrozar papeleras, a parte de mi simpatía, no tendrá defensa letrada gratis de mi parte.