En un anterior post, me había comprometido a realizar un resumen de lo acontecido en la última conferencia del SICARM sobre los retos de la Administración Electrónica. Culpa del tiempo, de las cargas de trabajo o de las excusas más socorridas, pues, no he podido complir con mi promesa.

Afortunadamente, la organización del certamen ha puesto a disposición de todos, las grabaciones de las intervenciones de los ponentes. Así que, por lo menos, mi función es la de hacer de puente desde aquí para los que puedan estar interesados en estas interesantes aportaciones.

Otro de los asuntos pendientes es la descripción de cómo funciona el SIGEM, el famoso gestor documental para las Administraciones Públicas. Esta vez la culpa no es mía (o no del todo), si no que existe un preocupante retraso por parte de las autoridades competentes en poner en marcha el proyecto.

Además, siento la obligación de dar algunas respuestas sobre este software a los que, por lo que me dicen mis estadísticas, buscan información en Google y que aterrizan en este blog, sin poder encontrar nada interesante.

En todo caso, a finales de mayo de este año, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio ha puesto a disposición de los interesados el software en cuestión, sin, por otro lado, aclarar cuándo se pondrá en marcha, si existe un centro que coordine y recoja las mejoras realizadas por parte de las entidades locales y, en resumidas cuentas, sin dar un claro empujón a esta interesante iniciativa.

Y no sé qué es peor: si no apoyar este proyecto o apoyarlo a medias, o tímidamente. Intentaré explicarme:

El Ministerio de Industria ha puesto a disposición un link para la descarga de la Documentación oficial (casi 400 megas, aviso) sobre el uso y funcionamiento de esta aplicación. Eso parecería indicar que se quiere dar difusión a la herramienta, para que las Administraciones Públicas hagan los deberes y estudien estos manuales.

Ahora bien, si se ha hecho todo este trabajo, ¿qué cuesta hacer una rueda de prensa y anunciar urbi et orbi que ésta es la herramienta (gratuita, recordémolo) para que se cumplan los plazos previstos en la Ley 11/2007? ¿Es secretismo o yo me he perdido algo en estos dos meses?

Hasta tal punto es sospechoso el secretismo que, aun teniendo los links para la descarga del software y de su código fuente, no me atrevo a publicarlo, no vaya a ser que no se puede/debe. De hecho, leyendo la letra pequeña de las condiciones para la correcta descarga del software, aparece lo siguiente:

«la utilización de este software está restringido a las Entidades Locales, en el ámbito de sus competencias legalmente establecidas y con la finalidad de utilidad pública e interés social«.

¿Existirá entonces una prohibición para los que simplemente quieren estudiarlo? En la duda, me abstengo.

Mirando el lado positivo, por lo menos tendré algo que leer bajo la sombrilla. Conforme vaya avanzando en la lectura de toda la documentación, prometo dar parte, si la Administración no me dice lo contrario.