A los que nos gusta opinar sobre los avatares de la Administración, nos lo están poniendo muy fácil este verano. Muchas filtraciones y ninguna nota oficial sobre la anunciada Ley de Transparencia: así es fácil caer en la tentación de criticar un texto legal que todavía nadie (nadie que yo conozca, en realidad) ha leído.

El País saca un par de artículos sobre la futura Ley de Transparencia y el mundo bloggero-twittero se agita (el más acertado aquí). Lo malo es que no hay material que analizar, sólo opiniones, siendo la última en orden cronológico el «No es una utopía«.

Entonces ¿para qué un nuevo post sobre una ley cuyo borrador no está disponible? Pues, justamente por eso.

No tiene mucho sentido filtrar noticias sobre una Ley de Transparencia y que uno de los canales oficiales de comunicación del Gobierno, como es el twitter @desdelamoncloa no haya dicho ni mu.

¿Dónde está el borrador del texto? ¿Quién ha participado en su redacción? ¿Qué papel jugará la Agencia Española de Protección de Datos en todo esto? ¿Se sancionará a la Administración que no ponga a disposición del público la información de la que dispone?

Y menos mal que se llama (parece) «Ley de Transparencia«. Por cierto, a ver si aprenden algo de esta experiencia esperpéntica y empiezan por hacer públicos, de forma clara y ordenada, todos los borradores, anteproyectos y proyectos de Ley que ahora puedan estar en marcha. ¿Demasiado pedir?