La última semana del pasado mes de julio he vuelto a la Universidad, pero esta vez en calidad de «orador». Bueno, en realidad, mi papel era el de «agente provocador«, ya que no se trataba de atosigar a los asistentes con una avalancha de términos jurídicos, sino más bien de provocar unas reflexiones sobre la importancia (o no) de la privacidad en una sociedad dominada por el constante uso de las Redes Sociales.

La charla se enmarcaba dentro del Curso de Verano, organizado por la Universidad de Verano «Rafael Altamira», de Alicante, «Comunicación y Redes Sociales: Relaciones Personales y Profesionales en la Era Digital«.

Después de un rápido repaso a algunos términos muy importantes para centrar el debate (léase, dato personal, tratamiento de datos, derechos de los ciudadanos, etc.), he intentado centrar la charla sobre algunos aspectos problemáticos de las Redes Sociales y su relación con la privacidad.

Gracias al nuevo descubrimiento de Slideshare (todavía no he conseguido dominar lo de «embedar el code», pero todo se andará), espero que las diapositivas utilizadas puedan servir de guía recopilar lo que se dijo en la charla.

Siempre que pueda, subrayaré la importancia decisiva de haber incluido el término «informática» en la Constitución del ’78. De hecho, hay que contextualizar lo previsto en el artículo 18.4 CE, teniendo en cuenta que en ese año la palabra informática era casi desconocida y que Microsoft estaba compuesta por los señores que aparecen en la diapositiva 6. Estábamos en pañales y ya se vislumbraban los peligros para el honor y la intimidad personal y familiar que podrían venir de un uso incontrolado de sistemas de intercambio de información.

La charla seguía revisando algunos aspectos de actualidad (Google y el mundo de la privacidad) y el valor de privacidad para Mr. Mark Zuckerberg, con la consueta proyección de diapositivas en una pizarra. Lo novedoso de este curso es que, además, se podían leer los «twitteos» de los asistentes, proyectados sobre una pantalla lateral. Esta segunda pantalla me ha permitido «en vivo y en directo«, hacer ver a los asistentes que, incluso en los casos en los que no se vulneran los datos personales del interesado, e incluso cuando no se incurre en ninguno de los comportamientos penalmente relevantes, las Redes Sociales pueden ser por lo menos molestas.

Había entrado en acción el twitter de @AmedeoAburre.

Con su propio perfil en Facebook, mi némesis intentaba boicotear la charla en directo, con frases que, sin llegar a la ofensa, simplemente podrían haberme incomodado. De hecho, nadie entre los asistentes a la charla se había dado cuenta de que era yo el que tuiteaba en mi contra y veía la cara de los asistentes preocupados y hasta sufriendo por lo que se decía en la pizarra digital.

El ejercicio práctico al final de la charla consistía en analizar las herramientas jurídicas, en el caso de que éstas existieran, para eliminar a este molesto twitter. ¿Protección de Datos? ¿Delito de injuria?

Justo cuando el debate se iba acalorando y los más avispados ya intuían que mi némesis twiteadora era, en realidad, yo mismo, terminó el espacio para el debate y arrancó un maravilloso cuarteto de arcos, que amenizaba los intermedios entre clases y clases. ¿Qué más se puede pedir a un Curso de Verano?

Por cierto, hasta hubo tiempo para una entrevista en directa en la COPE. Me equivoqué en un par de subjuntivos y confundí lo trascendente con los trascendental, pero éstas son cosas del directo. Podéis escuchar la charla, con intervención de los responsables del Curso y las intervenciones del cuarteto de arcos en este link.