Hace unos días, a raíz del follón que se está armando sobre el caso Snowden, me ha llamado la atención este artículo sobre el sistema «PRISM a la italiana«. Es posible que, en este post, suelte algún tópico sobre ese País, pero seguro que me perdonan («satura (per sátira) tota nostra est«, que decía Quintiliano que, curiosamente, era español, pero esto es otro tema).

La primera lectura del artículo no dejaba, por así decirlo, en buen lugar la privacidad de los italianos que, por otro lado, bastante tienen con lo suyo, como para preocuparse también de estas minucias.

El caso es que el artículo indicaba claramente que, en Italia, el sistema PRISM se ha adaptado al Italian way of life, institucionalizando en acceso a datos personales, por parte de los servicios secretos de ese País. A los que se preguntan si estos «servicios» son de fiar, pues, que busquen cualquiera de estas palabras en Google, y se podrán hacer una idea: P2, Calvi, Ustica, Aldo Moro, Piazza Fontana, la Estación de Bologna …y lo dejamos ahí.

Cómo funciona el PRISM italiano

Pueden consultar también este esquema práctico para entender las cosas, sin necesidad de leerlas. En este caso «cómo funciona» corresponde a la primera imagen:

Amparo Legal

Para empezar, hay un bonito sitio de la Administración (www.sicurezzanazionale.gov.it) donde pueden consultar la legislación en materia.

Aquí, pueden encontrar los dos pilares legislativos en materia, constituidos por la Legge 124/2007 y el DPCM (Decreto della Presidenza del Consiglio dei Ministri) del 24 de enero de este año.

Qué se permite hacer

El entramado legal permite a DIS (Dipartimento dell’Informazione per la Sicurezza) realizar «ricerche informative» (lo traduzco con una no mejor precisada «búsqueda de información«) en todos los ámbitos, siempre y cuando estas búsquedas estén finalizadas a la seguridad informática nacional. Me parece una finalidad un poco demasiado amplia. Si, además, le añadimos que (art. 11.1.c) DPCM), estos señores pueden acceder a las bases de datos de las empresas privadas de telecomunicaciones (sin tener que molestar a los jueces…), pues, parece llegado el momento de darle al botón del pánico.

Se permite delinquir

No es que los servicios secretos italianos hayan necesitado, para sus operaciones, una patente de corso (ver más arriba), pero esta vez han hecho las cosas bien y se la han concedido.

De hecho, según el art. 17, Legge 124/2007: «no es penalmente responsable el personal de los servicios de información para la seguridad que incurra en conductas previstas como delitos, siempre y cuando estas conductas estén autorizadas, en cada caso, por ser indispensables a las finalidades institucionales…«. Si quieren ser italianos de verdad, aquí, pueden también utilizar la expresión de la imagen de la última fila, segunda columna.

Secreto de Estado

Si todo esto parece poco (hay modificaciones del Código Procesal Penal también incluidas en esta ley que asustan, usen la imagen de la segunda fila, cuarta columna, para expresarlo con gestos), que sepan también que todas estas actuaciones, así como los documentos accedidos y generados, pero también las noticias (sic) pueden estar cubiertas por secretos de Estado  y así nadie se enterará de que el Estado Italiano accede a datos personales de ciudadanos (en ningún momento se limita este acceso a datos de ciudadanos italianos, así que tú también puedes estar en el ajo).

Conclusiones

Aquí, el que no espía a sus ciudadanos, es porque no quiere. Por mi parte, frente a las ingerencias de los poderes públicos en mi privacidad, seguiré usando una de las imágenes arriba publicadas (os dejo adivinar cuál).